Sacale ventaja al estrés

Captura de pantalla 2014-07-28 a la(s) 11.23.05
¿Quién dijo que el estrés es perjudicial? También puede ser un gran aliado a la hora de afrontar dificultades y superar desafíos. Ante una amenaza o situación complicada, se activa el estrés positivo como un mecanismo de defensa automático que nos ayuda a enfrentar circunstancias y alcanzar metas. La clave está en entenderlo como motor para superarnos. Es la hipótesis de la psicóloga chilena Marcela Lechuga, autora del libro Así es la vida. Tips y claves para conseguirlo.

Estrés… Ese concepto que usamos para todo: cuando estamos cansadas, preo­cupadas o apuradas. La connotación de esa palabra es, generalmente, negativa. Pero lo que nos olvidamos es que “la vida misma es estrés”, según lo explica la autora del libro Así es la vida, Marcela Lechuga, psicóloga clínica especializada en psicología de la salud. Desde que nacemos y pasamos por el canal uterino, res­piramos, entramos al colegio por primera vez, nos enamoramos, envejecemos y, finalmente, cuando morimos también pasamos por una si­tuación estresante. Estar atentos o ayudar a una persona mayor a cruzar la calle significa estar en un estado de estrés óptimo. Eso no significa que sea malo. Cuando por ejemplo, corremos para no llegar tarde a una reunión y decimos “Me estresé para llegar a tiempo”, en realidad lo que ocurre es que estamos agitados por el esfuerzo realizado. Porque entonces, si partimos de la base de que la vida es estrés, ¿cómo puede ser que haya algo en nuestra naturaleza que atente en contra de nosotros mismos? “El estrés es un aliado porque es el motor que nos permite responder a los retos de la vida. Gracias a él, que nos pone en un es­tado de alerta, podemos responder a situaciones adversas o extremas”, explica la chilena, autora del libro que está lanzando en una gira por toda América Latina.

ENFERMARSE ¿DE ESTRÉS? “Es importante diferenciar estar estresado con estar desgastado o en burnout. Si­tuaciones prolongadas de estrés crónico pueden afectar desfavorablemente al organismo si no desarrollamos las capacidades necesarias para afrontarlas. Y esto desencadena en respuestas fisiológicas que nos predisponen a una mayor  susceptibilidad a enfermar”.

SINTOMAS DE BURNOUT. “El desgaste es un proceso solapado que tiene muchos sín­tomas físicos: dolores, fatiga, agotamiento, in­somnio, trastornos gastrointestinales, síntomas psicológicos, negativismo y despersonalización laboral. Por eso, muchos jóvenes no quieren arriesgarse a entrar en burnout y bajan el nivel de compromiso.

EL ESTRÉS, UN ALIADO.  “Hay que aprender a ser el conductor y el protagonista de la vida y no la víctima. Cuando me enfrento a un reto que creo que no tengo las competencias para enfrentar, debo desarrollar competencias que no tenía. Tengo que saber pedir ayuda, reconocer los errores o negociar; aprender a pensar cómo voy solucionar o sor­tear el desafío. Si manejamos en primera todo el trayecto (una sola competencia) se puede desgastar el motor. Es decir, afrontás los retos de la vida con pocas competencias. Si empiezo a desarrollar una nueva competencia –pedir ayuda– meto segunda, desarrollo otra y el reto empieza a tomar la forma de desafío. Todos los cambios implican un estrés, lo valioso es que para empoderarte de tu vida y no ser víctima, necesitás estresarte”.

SUPERAR DESAFIOS.  “Obtenemos muchos beneficios. Principalmente, nos transformamos en adul­tos. Un adulto, además de mantenerse íntegro y llegar a niveles impensados de estrés, es capaz de desempeñar múltiples roles de forma efi­ciente: puede ser hijo, padre, nieto, hermano, jefe, tío, amante y karateca simultáneamente, o puede tener diez empresas. En la medida en que más entrenás tu capacidad de aprender a usar al estrés como un aliado, va a ser más factible responder”.

VIVIR. “Así como una jornada plenamente vivi­da da alegría al sueño, una vida bien vivida da alegría a la muerte”, dijo alguna vez Leonardo da Vinci. El miedo a crecer, a fallar, a equivocarnos o a enfermarnos, es miedo a vivir. “Aprendamos a construir caminos en el hoy, porque el mañana es demasiado incierto”, dice Lechuga. Y como no sabemos cuánto nos queda, porque ese es el misterio de la vida, “estresémonos para hacer lo que soñamos, estresémonos para dejar de ha­cer lo que no nos sirve para nuestro bien y el de los demás, y estresémonos aún más para ser hoy como nos gustaría ser recordados cuando ya no estemos”. Y, por último, concluye: “es­tresémonos para vivir plenamente hasta el último día de nuestra vida”

Tips para controlar el estrés

# Primero, disminuir la velocidad de la respiración. Tomar conciencia de cómo estamos respirando. Normalmente inhalamos 16 veces por minuto. Relajados, podemos llegar a 4. Con ese ritmo, es imposible estar tenso.

# Después, aunque suene como un cliché, tomarse cinco minutos para mirar los pajaritos, para vaciar la cabeza de eso que nos ocupa y concentrarse en algo liviano.

# En tiempos agitados, como fin de año o durante una entrega en el trabajo, tomarse un tiempo para recuperarse después de cada meta alcanzada, antes de empezar con la próxima.

# Finalmente, tomar distancia con lo que nos pasa. Si no puedo con todo lo que tengo que hacer, ¿es tan grave? ¿Va ser importante dentro de cinco años? ¿Qué consecuencias puede tener? Que el árbol no te impida ver el bosque.

Deja un comentario